Parece que
recientemente la búsqueda por debatir acerca de la soberanía tecnológica ha
cobrado interés en algunas listas de distribución electrónica sobre temas de
software libre que he podido ver, así como también el debate técnico siempre
inacabado sobre el software libre y si una distribución X ó Y de Linux es o no
100% libre al posibilitar a sus usuarios que descarguen software privativo,
aunque esto sea sólo una condición de posibilidad en algunos casos. En
especial, esto último parece presentarse de un modo casi cíclico y como
respuesta a posiciones emanadas desde la Free Software Fundation o alguno de
sus representantes frente a la decisión de distribuciones como Debian y Ubuntu
de incluir en sus repositorios acceso a software no-libre, aunque su software
core sí lo sea.
Volviendo al
tema de la soberanía tecnológica aunque pareciera a veces estar acaparado en
dedicación por referencias al software libre, es importante entender que va
mucho más allá de consideraciones, por demás válidas sobre los distintos
sistemas operativos y el software libre. Si es improcedente limitarla a lo
técnico, la definición de la soberanía tecnológica no puede hacerse tampoco
desde una óptica exclusivamente económica o derivadas de opiniones sobre los
distintos bloqueos económicos que ocurren en el planeta.
La búsqueda
de la soberanía tecnológica, puede y debe entenderse desde varios puntos de
vista. Por ejemplo definida en términos de posibilidad de construcción local de
decisiones y de autogestión sobre temas tecnológicos, y en una época signada
por el uso indiscriminado, irreflexivo y casi exclusivamente instrumentalista
de la tecnología y lo tecnológico, justo esto último: lo tecnológico (el hecho
tecnológico) no puede abstraerse de la también necesaria reflexión sobre los
por qué, los para qué y los cómo de la tecnología y su sentido en nuestra
construcción social
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