El petróleo
puede estar en el mismo lugar donde se formó (en la "roca madre") o
haberse filtrado hacia otros lugares (reservorios) por entre los poros y/o
fracturas de las capas subterráneas.
Por eso, para
que se den las condiciones de un depósito o yacimiento de petróleo, es
necesario que los mantos de roca sedimentaria estén sellados por rocas impermeables
(generalmente arcillosas) que impidan su paso. Esto es lo que se llama una
"trampa", porque el petróleo queda ahí atrapado.
En términos
geológicos, las capas subterráneas se llaman "formaciones" y están
debidamente identificadas por edad, nombre y tipo del material rocoso del cual
se formaron. Esto ayuda a identificar los mantos que contienen las ansiadas
rocas sedimentarias. En Colombia el petróleo se ha encontrado en diferentes
formaciones, tales como Carbonera, Guadalupe, Mirador, Barco, Caballos, Villeta,
Mugrosa, Esmeralda, etc. Las "cuencas sedimentarias" son extensas
zonas en que geológicamente se divide el territorio de un país y donde se
supone están las áreas sedimentarias que pueden contener hidrocarburos. En
Colombia hay 18 de estas cuencas, distribuidas en un área de 1.036.000
kilómetros cuadrados.
La ciencia de
la exploración consiste básicamente en identificar y localizar esos lugares, lo
cual se basa en investigaciones de tipo geológico.
Uno de los
primeros pasos en la búsqueda del petróleo es la obtención de fotografías o
imágenes por satélite, avión o radar de una superficie determinada. Esto
permite elaborar mapas geológicos en los que se identifican características de
un área determinada, tales como vegetación, topografía, corrientes de agua,
tipo de roca, fallas geológicas, anomalías térmicas... Esta información da una
idea de aquellas zonas que tienen condiciones propicias para la presencia de
mantos sedimentarios en el subsuelo.
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